lunes, 27 de abril de 2015

De reválidas iremos llenos

Análisis del contenido de las reválidas:  "Vull referir-me a l’anàlisi del contingut de les revàlides: no hi ha un alienament pedagògic (o sigui coherència) entre el que es pretén i el que s’avaluarà. Ara sí, tindran fàcil la correcció". Francisco Imbernón


El Diari de l'Educació, 24 de abril. 
Francisco Imbernón:

Estos días ha aparecido el borrador del futuro Real Decreto que regula las características de las pruebas de evaluación final de Primaria, ESO y Bachillerato , donde se especifican las pruebas (reválidas) de Sexto de Primaria (orientativas), Cuarto de ESO (acceso al Bachillerato) y segundo de bachillerato (acceso a la Universidad).

En este artículo no quiero entrar en el cuestionamiento de las pruebas externas, ya que se ha escrito mucho sobre el tema y existe un cierto consenso que no sirven para mejorar el sistema educativo y muestran una gran desconfianza hacia el profesorado. Ni tampoco quiero entrar en la política de los últimos años de recentralización de la educación, haciendo unas pruebas de contenidos iguales para todos e idénticas para todos los lugares.

Quiero referirme al análisis del contenido de las reválidas, hablamos con propiedad, del borrador de Decreto y, especialmente, a las de la ESO y Bachillerato (las de Primaria ya se hacen en Cataluña y son similares a las que dice el decreto y también "orientativas").

En primer lugar, su lectura te hace enrojecer si sabes algo de educación, evaluación y aprendizaje. Plantea una prueba homogénea de 350 preguntas de tipo de elección múltiple y respuestas semiconstruidas con alguna pregunta abierta. Y, sin vergüenza, el futuro decreto plantea una serie de competencias para evaluar que es imposible con una prueba de este tipo (y como siempre con la política del PP de excluir determinadas asignaturas). Diríamos que no hay un coherencia pedagógica entre lo que se pretende y lo que se evaluará. Ahora sí, tendrán fácil la corrección -las empresas o escuelas privadas que lo hagan, que parece que esta es la tónica-, ya que con una plantilla y un ordenador será rápido y, además, pagado por todos.

Cuando hay un  "desalineament" pedagógico (incoherencia) lo que suele ocurrir es que el profesorado y el alumnado, más que aprender para responder a las cuestiones, deberá desarrollar otras capacidades: copiar, seleccionar, repetir y memorizar. Esta prueba, si se llega aplicar, como máximo puede pretender ver en que falla el alumnado, pero no qué aspectos deberá mejorar, finalidad de una adecuada evaluación. O sea, con estos tipos de prueba no se demuestra nada ni supone un mejor aprendizaje de los estudiantes que dicen que es lo que pretenden conseguir.

Y, al ser obligatoria en todo el Estado Español también obligará a los docentes a preparar para superar el test, o sea, para lidiar con la prueba. Y como consecuencia, será fácil crear clasificaciones (rankings) de centros y de alumnos. O sea: instaurará un sistema muy competitivo y pernicioso por los centros, profesorado y alumnado. La segregación continúa su camino.

Y recordemos que las pruebas de final de la ESO y Bachillerato serán propedéuticas para acceder a la siguiente etapa.

Y, por tanto, la prueba final de bachillerato servirá para acceder a la Universidad. Se decía que se eliminaba la selectividad universitaria y no es cierto. Existirá una doble selectividad, la prueba y el acceso a las facultades. Y esto creará, una vez más, al igual que la disminución becas, una mayor exclusión de alumnado y también una clasificación de Universidades.Aquellas que no tendrán prueba para acceder a algunas facultades y aquellas que tendrán una prueba dura para acceder. Perjudicando universidades pequeñas o de menos prestigio académico. Dicen que en Cataluña parece que se hará una selectividad común. A ver.

Y será un buen negocio para algunos, ya que tendrá un elevado coste en millones de euros que irán a los bolsillos de quien elabore y corrija el test. La memoria de la LOMCE decía que eso costaría 2,3 millones y parece que un cálculo real es que al menos costará 106 millones de euros. Qué forma de lanzar dinero para imponer un criterio más ideológico que educativo.

Como esto tardará al menos un curso tenemos que ver si se llega a aplicar. Esperamos y esperanza.

1 comentario:

  1. "Diríamos que no hay un alienación pedagógico (o sea coherencia)"
    Supongo que esta incoherente expresión es un gazapo (o sea: "Yerro que por inadvertencia deja escapar quien escribe o habla". Lo mejor es corregirse (o sea: "Enmendar lo errado".)

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