lunes, 3 de noviembre de 2025

Por la escuela pública · Carlos López-Colina

 Sobre el futuro del colegio Los Campos de Gijón

C.P. Los Campos (Gijón)
________________________


Carlos López-Colina, La Nueva España, 3 de noviembre de 2025

6,6 millones de euros (tres de ellos de fondos europeos). Ese parece ser el coste de la reforma en curso del Colegio Público Los Campos. Importante inversión para reformar un gran edificio al que, tras las obras, apenas volverán 100 alumnos.

Conocí bien Los Campos hasta los 13 años. Éramos más de mil estudiando en un colegio público de los grandes. Incluso nos tocó estrenar un edificio anexo al original, que ya se había quedado pequeño. Tras varias décadas, Los Campos tiene hoy una décima parte de los escolares que había en los años 80-90. Pero en este cambio radical no solo influye la demografía, sino también la injusta competencia que sufre un colegio público rodeado de grandes concertados con primaria y secundaria. El mayor coste (comedor, extraescolares, cuotas…) que supone la escuela privada concertada termina concentrando notablemente al alumnado de las familias con menos recursos en la escuela pública. Esto pone en marcha un círculo vicioso de segregación socioeconómica y, asociada a esta, segregación por origen. Algunos centros públicos de los más afectados hacen de la necesidad virtud y celebran sus logros en integración y multiculturalidad. Es lógico ese planteamiento adaptativo entre quienes viven el día a día del colegio, pero ¿es una visión general adecuada para planificar el sistema educativo? ¿Debemos admitir los viciados resultados de la doble red pública-concertada? ¿Es un sistema segregador el objetivo? La respuesta negativa a todo esto parece evidente.

El párrafo anterior da un vistazo rápido a las causas profundas de la situación de Los Campos y otros muchos colegios públicos. Estas pueden considerarse inabordables a nivel municipal e incluso de difícil tratamiento en el nivel autonómico, pues la solución pasaría por dar un vuelco al sistema actual –anómalo, en una Europa sin tanta privada concertada– e ir rescindiendo unos conciertos educativos que nacieron como subsidiarios de una red pública que no daba abasto. Sea como sea, el sistema no puede seguir en esta dirección, con una educación privada-concertada que crece provocando segregación y problemas en la pública.

Volviendo a lo concreto y tras las noticias que siembran dudas sobre las futuras clases de 0 a 3 años en Los Campos, llega la pregunta que apremia: ¿cuál es el plan para el colegio? Habrá un gran edificio, más cómodo y moderno, pero, ahora mismo, la previsión es que, incluso con algunas aulas de 0 a 3, quede semivacío. Es esencial que los responsables de lo público acuerden y expliquen cómo y quién llenará el CP Los Campos cuando esté terminado. Ir dejando la escolarización de las zonas más o menos céntricas a los conciertos privados equivale a considerar la educación pública como subsidiaria. Urge meditar y debatir sobre el sistema educativo que nos lleva a esta situación.


No hay comentarios:

Publicar un comentario