martes, 11 de julio de 2023

Competencia política en la educación. Por Rosa Cañadell

“El discurso ultra, que ha penetrado con fuerza en la sociedad y en el Congreso de los Diputados, también ha entrado en las aulas y ha seducido a un sector de nuestra juventud. Pero si bien desde la educación no podemos arreglar el mundo, sí que hay algunas cosas que podemos hacer” 


Rosa Cañadell, El diari de l´educació, 11 de julio de 2023

Últimamente, están llegando, desde diferentes ámbitos, artículos reflexionando sobre qué hacemos o qué ocurre en los centros educativos por haber aumentado las conductas homófobas, racistas, antidemocráticas, machistas… En fin, aquellas que siempre habíamos considerado que eran de extrema derecha y que no acostumbraban a aparecer en las aulas.

Yo misma estuve en el aula de un instituto en un barrio obrero desde los años 80 hasta pasado el 2000, y nunca ningún alumno levantó el brazo gritando VIVA ESPAÑA o VIVA FRANCO, y si bien había actitudes y comentarios racistas yo machistas, eran minoritarios y normalmente provocaban el rechazo de los compañeros y compañeras.

Ahora parece que todo esto ha cambiado y que "ser de derechas está de moda" y se considera "antisistema". Y parece que están aumentando las actitudes y discursos que imitan a VOX. Según encuesta del CIS, el 12,4% de los jóvenes 18 y 24 años considera que VOX es el partido más cerca de sus ideas (1) y, según un estudio del Centro Reina Sofía de Fad Juventud, el 44,7% de los hombres jóvenes sostienen postulados machistas.

Por otra parte, Según el Barómetro Juventud y Género 2021, uno de cada cinco chicos (hombres) de entre 15 y 29 años niega la existencia de la violencia machista. Entre 2019 y 2020, la idea de que esta violencia es "un invento ideológico" ha crecido del 11% al 20%. (2)

La progresiva derechización de la sociedad nos interpela a todas las personas dedicadas e interesadas en la educación
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¿Qué hemos hecho mal desde la escuela, se pregunta el profesor Enrique Diez, para que tantos jóvenes y tantos adultos/as que se han formado en nuestras aulas, estén votando extrema derecha? ¿Qué contenidos y valores estamos transmitiendo en los centros educativos para que los discursos de odio y contra la igualdad estén tan presentes en nuestro alumnado? (3)

Y yo creo que es una pregunta pertinente y que la progresiva derechización de la sociedad nos interpela a todas las personas dedicadas e interesadas en la educación.

Está claro que la educación no puede arreglarlo aunque, además, la escuela es también un reflejo de lo que ocurre en la sociedad, y si ésta está virando hacia la derecha y hacia la extrema derecha, el nuestro alumnado también se le encomienda. De hecho, el discurso ultra, que ha penetrado con fuerza en la sociedad y en el Congreso de los Diputados, también ha entrado en las aulas y ha seducido a un sector de nuestra juventud. Pero si bien desde la educación no podemos arreglar el mundo, sí hay algunas cosas que podemos hacer.

Quizás, en vez de tanta competencia emprendedora y tanta competencia emocional, deberíamos hablar más de Competencia Política. Y es que si nuestros niños y jóvenes no saben la diferencia entre una democracia y una dictadura, no saben cómo funciona un parlamento, no saben qué defienden las organizaciones o las personas que se dicen de “derechas” o de izquierdas”, no saben qué significa la privatización de la educación, la sanidad, la atención a la gente mayor, no saben qué fiscalidad tenemos ni para qué sirven los impuestos… Si nadie les ha explicado qué fue nuestra guerra civil, que supuso la dictadura franquista, la represión contra las mujeres, contra las personas LGTB, contra la disidencia ideológica… Si no saben de las torturas, muertes y asesinatos durante el franquismo,

Y es que a menos formación y menos cultura más radicalismo y menor criterio. (4)

Quizás, en vez de tanta competencia emprendedora y tanta competencia emocional, deberíamos hablar más de Competencia Política
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Creo que además tenemos un gran enemigo, que son las redes sociales. Tenemos niños y adolescentes enganchados al móvil, siguiendo las proclamas de youtubers e influencers (incluso a veces dentro de los propios centros educativos) y sin conocimientos ni criterio para defenderse, para distinguir lo verdadero de lo mentira, lo que es válido o lo que es ético. La derecha es muy activa en estas redes, sobre todo en TikTok, que es una de las que más miran a los y las jóvenes.

Pero no sólo son las redes, están también las páginas de pornografía. Desde Save de Children aseguran que los y las adolescentes ven pornografía por primera vez a los 12 años y casi 7 de cada 10 (el 68,2%) la consumen de forma frecuente. Este consumo se produce en la intimidad (93,9%) y en el teléfono móvil y se centra en contenidos gratuitos online (98,5%), basados ​​de forma mayoritaria en la violencia y la desigualdad. (5). Es necesario, pues, una reflexión de los centros educativos sobre la necesidad de eliminar el acceso del alumnado a los móviles dentro del aula y/o dentro del centro, de reducir el acceso a los ordenadores cuando no sea estrictamente necesario y se pueda tener un control real de lo que están mirando los alumnos y alumnas. Pero, además, es imprescindible una educación sexual y afectiva que trate el tema y ayude a tener un acceso a la sexualidad sana, afectiva y no violenta. Hay que ayudar a entender que el sexo sólo es lícito y satisfactorio si es deseado por ambas partes y que la imposición es del todo aberrante.

Desde una parte del feminismo, alertan también que la ideología de la identidad de género puede afectar negativamente en la construcción de los chicos hacia el acoso sexual a las chicas. “Como lo haremos si los hombres del futuro que están hoy en nuestras aulas niegan la violencia machista, se posicionan como víctimas de las “malas mujeres” y rechazan el feminismo por creer que es una doctrina engañosa que pretende convertir a las chicas en chicos y viceversa?” Y recomiendan que desde las aulas deberíamos señalar que “nacer niña o nacer niño no nos determina en absoluto y que la abolición del género (estereotipos sexistas) y no su sacralización en cientos de géneros es lo que nos hará más libres ”. (2)

En todo caso, yo creo que es urgente abrir un debate serio y buscar aquellas alternativas que más puedan hacer posible que nuestra labor educativa pueda ayudar a que nuestro alumnado salga del sistema educativo con valores y conocimientos suficientes para cerrar el paso al machismo, al racismo y en las actitudes de odio y segregación.

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