Hoy, con la que está cayendo, cada cual anda, a su manera, patéticamente encorvado tratando de protegerse... Y sabemos que de poco sirve, que cuando cada cual sólo acierta a intentar hacer frente a la tormenta con una postura individual, lo único que consigue es empaparse más incómodamente, poniendo en riesgo algunas de sus articulaciones.
Así que, si no queremos entregarnos sumisamente a esta forzada “inmersiónneoliberal”, tan pródiga en torrenciales recortes de lo público y mermas de derechos, lo mejor es que vayamos pensando en unir fuerzas con quienes quieran participar de esa “resistencia a la mojadura” para ver si, colectivamente, somos capaces de recuperar o habilitar algunas techumbres, por precarias y endebles que, inicialmente, puedan parecernos.
Y es que las grandes avenidas que, adornadas por los árboles más simbólicos e imponentes, conducen a las mansiones más seguras ya nadie sabe donde quedan (salvo los dueños de las mansiones, claro está)...
Original aquí: Buscando techos compartidos ante la que está cayendo...