domingo, 4 de diciembre de 2022

¿De quienes son los grandes Medios de Comunicación y qué intereses hay detrás?

El 70% de la oferta comunicativa global está en manos de tan sólo cinco grandes grupos mediáticos. El proceso de concentración de medios en pocas manos transformará el periodismo tal y como se había hecho hasta ahora.

 


Sergi Picazo, Elcritic.cat, 3 de diciembre de 2022

El 70% de la oferta comunicativa global está en manos de tan sólo cinco grandes grupos mediáticos. El 80% de las audiencias de televisión y radio en España dependen de cuatro consejos de administración. Más allá del oligopolio televisivo, en Cataluña, la propiedad de los medios había sido relativamente más plural y diversa, probablemente a causa de la especificidad del mercado en lengua catalana y de la reciente explosión de Internet. Ahora, sin embargo, las cosas pueden cambiar. Y éste será un cambio que transformará el periodismo tal y como se había hecho hasta ahora.

Los grandes medios de comunicación, tanto en Cataluña como en España, sufren un proceso de concentraciones y fusiones fruto de una crisis que ha provocado pérdidas millonarias. El origen de la crisis es triple: la merma de ingresos por publicidad, el bajón de la prensa en papel y la pérdida de credibilidad ante la ciudadanía. Los grandes grupos mediáticos dependen cada vez más de la publicidad institucional –poder político– y de la financiación directa o indirecta de la banca –poder económico– para mantenerse vivos. Sin embargo, los proyectos periodísticos independientes aún no han logrado superar en cifras de lectores o suscriptores a las grandes cabeceras tradicionales que dominan el mercado desde hace 40 años. En Cataluña la situación es similar a la española y, de hecho, está en la línea de lo que ocurre en el mundo: hay una mayoría de medios en pocas manos y, sobre todo, destaca el poder de cuatro grandes grupos: Prisa (con El País y la SER, convertido ya en el pelotón mediático en español en el mundo), Godó (con el diario y la radio líder La Vanguardia y RAC1 y un canal televisivo como 8TV), Prensa Ibérica (con El Periódico, Sport, Regió7, Diari de Girona y decenas de revistas) y Mediapro (una de las productoras audiovisuales de mayor volumen de Europa).

La mayoría de grandes medios han vuelto a los números verdes gracias, sobre todo, a la financiación -o la condonación de créditos- como el reciente caso de El Periódico de Catalunya por parte de la banca privada, pero también de los institutos públicos de crédito, como el Instituto Catalán de Finanzas. La crisis a partir del 2008 dejó tocado el sistema de medios de comunicación en todo el Estado. Decenas de empresas tuvieron que cerrar o fusionarse y miles de periodistas fueron despedidos. Los ejemplos más destacados son la instauración de un oligopolio televisivo básicamente en manos de dos grandes empresas privadas -Atresmedia y Mediaset-, la desaparición del Grupo Zeta como referente de la prensa en Cataluña, la conflictiva fusión de los dos diarios históricos del catalanismo -El Punt y Avui- , el cierre de la mayoría de periódicos gratuitos y, finalmente, la desaparición de buena parte de las televisiones, radios y revistas locales.

Pese a la explosión de nueve medios digitales, con docenas de pequeños proyectos surgidos en todo el país en la última década, la gran tendencia entre los medios de masas es precisamente la contraria: la concentración de la propiedad en pocas manos. Una veintena de grandes conglomerados de comunicación mundiales controlan buena parte de la información y la opinión publicada en el mundo.

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Seis grupos controlan el 70% del negocio global


Los grandes conglomerados mediáticos del planeta están, según se ve en una tendencia que empezó ya en los años noventa, concentrados cada vez más en pocas manos. Los siete grandes conglomerados transnacionales -aunque todos tienen sede en Estados Unidos- son Time Warner, Disney, NewsCorp (recientemente fusionados 21st Century Fox y NewsCorp), NBC Universal, Viacom y CBS (estas dos últimas podrían volver a fusionarse en breve). Cada vez hay menos competencia y mayor concentración en manos de los grandes magnates de la prensa. Un informe de Reporteros sin Fronteras denunciaba que, si en los años ochenta había 50 grandes empresas en Estados Unidos que controlaban el 90% del sector, en la actualidad esa cantidad se había reducido a 6.
Los seis supergigantes de la comunicación controlan 1.500 diarios, 9.000 radios y 1.500 canales de televisión
Los seis supergigantes de la comunicación controlan el 70% del negocio de la comunicación en todo el planeta y son propietarios, aproximadamente, de 1.500 diarios, 1.100 revistas, 2.400 editoriales, 9.000 emisoras de radio y 1.500 cadenas de televisión. “Ellos son los que deciden qué es lo que debemos ver en televisión, cuál es la agenda y qué tema es más noticia que el resto”, denuncia Jesús González Pazos en el libro Medios de comunicación: ¿al servicio de quién? (Icaria). Uno de los grandes magnates de la comunicación global es Rupert Murdoch, el dueño de NewsCorp, que extiende su negocio desde Australia (Herald Sun, The Australian) hasta Estados Unidos (Fox News, The Wall Street Journal o New York Post) pasando por el Reino Unido (BSkyB, The Sun, The Times).

En Europa, según la misma investigación elaborada por González Pazos, los grandes grupos multimedia son hoy el alemán Bertelsmann, la británica BBC, los franceses Vivendi y Lagardère, el italiano MediaSet (fundado por Silvio Berlusconi) o el español Prisa. Y, en Latinoamérica, destacan otros cuatro grandes conglomerados: Televisa en México, Globo en Brasil, Clarín en Argentina y el Grupo Cisneros en Venezuela, además de los intereses de empresas españolas de comunicación como Prisa.

En la era de la revolución tecnológica, también han entrado en el mercado mediático, sobre todo el audiovisual, los gigantes de Internet como Google -que compró el principal canal de vídeos del mundo, YouTube, por 1.300 millones de dólares al año 2006-, Facebook -que ha adquirido WhatsApp e Instagram-, Apple -que ha hecho una enorme apuesta por la televisión online a la carta para competir con Netflix y HBO-, Amazon -y su apuesta por Amazon Prime Video-, Yahoo ! o Microsoft .

Salvar los medios de comunicación , de Julia Cage , es la obra de referencia en los últimos años sobre la crisis de los medios. Cage señala todavía una tendencia más reciente: “Existe un auge de la compra de medios de comunicación históricos por parte de multimillonarios —a menudo del ámbito de los nuevos ricos globales del mundo tecnológico o del sector financiero”. Destacan los casos de Jeff Bezos, fundador de Amazon, que compró en 2013 The Washington Post, por 250 millones de dólares; el de John Henry, inversor y propietario del equipo de béisbol Red Sox, que adquirió el The Boston Globe por 70 millones de dólares; o el de Warren Buffet, que a través de su holding Berkshire Hathaway, ha multiplicado sus adquisiciones en los últimos años —solo en 2012, compró 63 diarios del grupo Media General.

Paradójicamente o no, también se están produciendo inversiones de millonarios para impulsar nuevos medios de comunicación críticos con el poder político. El fundador de eBay, Pierre Omidyar, ha invertido casi 250 millones de dólares en la creación de First Look Media, una operación híbrida que combina una redacción sin ánimo de lucro y una empresa de tecnología con ánimo de lucro, y que cuenta con periodistas como Glenn Greenwald, conocido por haber publicado el 'caso Snowden', y el medio de periodismo de investigación The Intercept. Una de las grandes fortunas francesas, Xavier Niel, es coaccionista de Le Monde y de Le Nouvel Observateur y también ha invertido en el medio independiente de izquierdas Mediapart. En España, el caso más similar sería el de Jaume Roures, uno de los fundadores de Mediapro, que a título personal ha invertido, primero en el diario en papel Público y, tras su desaparición, es uno de los inversores del digital Público.

El mercado español controlado por cuatro grandes grupos


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Un informe del Center for Media Pluralism and Media Freedom, realizado en 2017, revela que un altísimo porcentaje de las audiencias de radio y televisión en el Estado español dependían de un número reducido de grandes grupos mediáticos. En el ámbito televisivo, los dos grandes conglomerados privados -Mediaset y Atresmedia- seleccionan lo que ve el 58% de la audiencia y, además, se llevan el 89% de los ingresos por publicidad de la televisión en formato abierto . En el caso de la radio, el informe denuncia que “los cuatro grandes propietarios –que son la Cadena SER (Prisa), la COPE (una radio que depende de la Iglesia católica), Onda Cero (Planeta) y Rac1 (Godó )— deciden lo que escucha el 88% de la audiencia total de la radio española y controlan el 98% del mercado”.

Sin embargo, existen tres grandes grupos mediáticos privados españoles, por volumen de negocio, por su influencia política y por la audiencia de sus medios, que están devorando buena parte de la tarta en todo el Estado.

Grupo Prisa
Las joyas de la corona del grupo mediático español más potente son el diario El País , el deportivo As y la Cadena SER . Tiene cientos de empresas comunicativas y editoriales -como Santillana-, y actualmente mantiene presencia en 23 países, sobre todo en América Latina. Sin embargo, la viabilidad económica de Prisa se vio comprometida tras la fallida entrada en el mundo de la televisión y, posteriormente, con la llamada guerra del fútbol por el control de los derechos televisivos de los partidos de fútbol contra Mediapro. La familia Polanco había sido la propietaria del diario El País (había llegado a poseer el 70% de las acciones), pero con el paso de los años ha visto cómo su participación en la empresa iba reduciéndose. Actualmente, el poder en Prisa se encuentra dividido entre las inversiones de fondos de inversión internacionales como Ambar Capital -incluso hace unos años entró un fondo de Qatar-, Telefónica o bancos como el HSBC y el Santander. En los últimos tres años, el grupo editor de El País ha perdido más de 430 millones de euros.

Grupo Vocento
Aunque nació oficialmente en 2001, el Grupo Vocento es fruto de la fusión de varios medios con una larga historia detrás. El grupo Prensa Española, vinculado a la familia Luca de Tena, monárquica y conservadora, tiene su origen en la fundación del diario Abc a principios del siglo XX, mientras que el Grupo Correo , vinculado a la familia Ybarra, buque insignia de la burguesía vasca, ya dio sus primeros pasos en el País Vasco antes de los años treinta. Vocento controla actualmente una docena de diarios regionales en todo el Estado español y, además, distribuye las emisiones españolas de los canales de televisión Disney Channel y Paramount Channel además de varios canales de televisión local. En total, Vocento tiene en el grupo más de un centenar de empresas dedicadas al mundo de la comunicación.

Grupo Planeta
Planeta es la décima empresa editorial del mundo y en la última década se ha convertido también en un imperio mediático gracias, sobre todo, al control de una parte importante de Atresmedia , una de las dos patas del duopolio televisivo del Estado español. La empresa Planeta, que nació en 1949 en la Barcelona de la posguerra tal y como se explica en este reportaje en CRÍTICO , se ha convertido hoy en un gigante global que factura más de 3.000 millones de euros anuales y reúne un centenar de empresas. En el ámbito de los medios, es el accionista de referencia de Atresmedia, que incluye los canales de televisión Antena 3, La Sexta, Neox, Nova, Mega y Atreseries; las emisoras de radio Onda Cero, Europa FM; tiene el diario La Razón y las revistas de Prisma Publicaciones, como Lonely Planet e Historia y Vida. Además, tiene una rama de cine, con la productora Atresmediacine y la distribuidora DeAPlaneta. Incluso, durante años, pese a su posicionamiento contrario a la independencia de la familia Lara, propietaria del grupo, fue accionista principal del Avui hasta que lo vendió al Grupo Hermes, propietario del diario El Punt .

Cataluña: monarquía casi absoluta del Grupo Godó

El actual sistema de medios de comunicación en Catalunya, surgido durante la Transición y en el marco de una Generalitat autonómica, está en crisis. Tras tres décadas de crecimiento y estabilidad, la crisis socioeconómica y nacional ha afectado de lleno al establishment de los medios. El bipartidismo mediático-constitucional liderado por La Vanguardia (Grupo Godó) y por El Periódico de Catalunya (antes Grupo Zeta, ahora Prensa Ibérica) y la alternativa de medios con una línea editorial más sensible al independentismo como El Punt Avui y el Ara tienen problemas financieros por expandirse ante los retos globales, el crecimiento del castellano en Internet y por frenar la caída de lectores de la prensa en papel.

Durante la Transición se configuró un sistema de comunicación propio en Cataluña, diferenciado del resto del Estado, que arrasó los medios que existían durante la dictadura con la excepción de La Vanguardia, diario que pertenece a la misma familia desde de su fundación a finales del siglo XIX. La mayoría de actores mediáticos privados y públicos actuales relevantes aparecen en Cataluña a finales de los años setenta o principios de los ochenta: en prensa, El País y su importante edición catalana, El Periódico, Avui, El Punt; en radio, Catalunya Ràdio, y en televisión, TV3. El profesor de Políticas de Comunicación y experto en los años de los gobiernos de Pujol, Josep Àngel Guimerà, cree que la antigua Convergència i Unió (CiU) ayudó entre 1980 y 2003 al crecimiento de medios con sintonía ideológica catalanista y conservadora: “Todos los gobiernos catalanes han creído que tenían cierta legitimidad para influir sobre los medios públicos. Pujol lo dice en sus memorias: 'Siempre he nombrado al director de TV3 para que sea catalanista.'”

Cinco grupos mediáticos se reparten casi el 60% de los 31 millones de euros que la Generalitat destina a publicidad institucional y, además, se llevan buena parte de las subvenciones del Gobierno catalán para publicar en lengua catalana: el Grupo Godó -líder en audiencia a través de La Vanguardia en papel y RAC1 en radio-, El Periódico de Catalunya, el Grupo Hermes -editor de El Punt Avui, controlado por un empresario gerundense que fue senador por CiU-, Edición de Prensa Periódico Ara SL, que publica el diario Ara -propiedad de varios accionistas, entre los que destaca actualmente, Ferran Rodés, vicepresidente de Havas Media, consejero delegado de Acciona- y, además, las emisoras públicas TV3 y Catalunya Ràdio.

Asimismo, durante estos mismos años ochenta y noventa, surge también en Cataluña un ecosistema comunicativo en castellano y que ha recibido inversiones públicas del Estado como los medios públicos (Televisión Española y Radio Nacional de España) o inversiones privadas tanto en la prensa (El País o El Mundo, sobre todo) como en la radio (SER, COPE, Onda Cero) y la televisión. El momento clave para los medios privados en España fue el permiso concedido por el Gobierno del PSOE a tres nuevos canales de televisión privada en los años noventa: Antena 3 -ahora en la órbita de Planeta y, anteriormente, controlada por la exempresa pública Telefónica-; Tele 5 -vinculada con el empresariado italiano-, y Canal Plus -un canal de pago inicialmente con soporte francés y del Grupo Prisa-.

¿Hasta qué punto los bancos mandan a los medios?

Hay una historia que ilustra cómo pueden llegar a ejercer presión sobre el periodismo los accionistas o las grandes empresas anunciantes en los medios. A principios de 2015, el director de The Daily Telegraph, Peter Osborne, dimitió por protestar ante la nula cobertura del escándalo Swissleaks en su diario porque, según denunció él mismo, “no quería irritar al banco HSBC”, uno de sus principales anunciantes.

En España y en Cataluña, el papel de la banca en los medios de comunicación no es anecdótico. El periodista Pere Rusiñol, autor de la introducción del libro Papel mojado', sobre la relación entre la banca y los medios, explica en un artículo en Mèdia.cat que “los bancos siempre han sido importantes para los medios, pero con la crisis s ha dado un salto cualitativo: han pasado a ser sus dueños”. Grupo Prisa pasó de tener deudas con la banca a canjearlas por acciones que acabaron en manos de CaixaBank -actualmente con un peso irrelevante tras una ampliación de capital-, del HSBC y del Banco Santander; Unidad Editorial, propietaria del diario El Mundo, es del conglomerado italiano RCS, “con un peso creciente de la banca italiana”; Vocento “era tan en la órbita del Banco Santander que llegó a tener un presidente -Rodrigo Echenique- compaginando el cargo con la vicepresidencia del Banco Santander y las responsabilidades de albacea de Emilio Botín”; el Grupo Godó “se ha fusionado, en la práctica, con CaixaBank -con el conde de Godó en el consejo del banco y, antes, como vicepresidente de La Caixa-”, y Ara tiene como accionista de referencia a la familia Rodés, "con una vinculación histórica a La Caixa que es como si fuera de la casa".

Incluso el fondo de inversión inmobiliario BlackRock, en el punto de mira de los movimientos por el derecho a la vivienda, tiene también inversiones en medios de comunicación: tiene un 4,8% de acciones de Mediaset, propietaria de las cadenas Tele 5 y Cuatro.


* Este reportaje ha sido coproducido entre CRÍTICO y la revista 'Opcions' , que ha dedicado su último número a reflexionar sobre el consumo de medios de comunicación.


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