lunes, 23 de febrero de 2015

Las evaluaciones "externas" y su papel en la LOMCE

En este curso se llevará a cabo la primera evaluación individualizada LOMCE en tercero de Primaria. Está abierta, pues, la carrera para empezar a "pesar el pollo", metáfora utilizada por Miguel Ángel Santos Guerra cuando, en un artículo del mismo título, hace referencia tanto a la obsesión de la ley Wert con el término "evaluación" como, por supuesto, a las "reválidas":

"....Se trata de saber cuánto ha engordado, quién ha engordado más que quién y a quiénes hay que eliminar por no haber conseguido el nivel deseable. Pero hay menos preocupación por alimentarlo de forma equilibrada, sana y rica. Prueba de ello es que habrá más alumnos y alumnas por aula, peores condiciones de trabajo para el profesorado, más horas lectivas, menos medios didácticos… En definitiva, será difícil que sea bueno el decisivo proceso de alimentación.

Y, claro, si al pesarlo el pollo no ha engordado lo suficiente, será por culpa del pollo. Nada tendrá que ver con ese desarrollo deficiente el plan de nutrición, los alimentos que se le ofrecen al pollo y los procesos de alimentación..."


En Asturias, nuestra Consejera mantiene ese doble discurso LOMCE NO, pero... Y así, más allá de la polémica qu está suscitando la expresión de consecución del grado de adquisición de las competencias en la prueba, (iniciado, en desarrollo, adquirido y adquirido ampliamente), lo fundamental es que la evaluación LOMCE en 3º de Primaria está en marcha: el pasado 10 de febrero, aparecía en el BOPA  la resolución de 3 de febrero de 2015, de la Consejería de Educación, Cultura y Deporte, por la que se regula la evaluación del aprendizaje del alumnado de Educación Primaria. Sin concretar aún fecha, se indica (capítulo 2, artículo 7), que se llevará a cabo en el último trimestre. 


Sin entrar en aspectos tales como el negocio que supondrá la creación y corrección de las pruebas (aparecía hace unos días una noticia difundida por la Cadena Ser que "Las reválidas de la ESO y Bachillerato costarán más de 106 millones de euros"), un artículo de J.A Balbuena que da título a la entrada, expresa claramente el significado de estas pruebas para alumnado, familias y profesorado:

“Las evaluaciones externas son el aspecto más irrenunciable de la LOMCE”. La frase es del ministro Wert, el mentor de la reforma educativa. Sin embargo la enconada discusión actual se polariza fundamentalmente en otros aspectos como la asignatura de religión y el bilingüismo. ¿No estaremos cayendo en la trampa de focalizar la crítica y el debate en esos aspectos únicamente, dejando al margen “la madre del cordero” de la reforma?


¿Por qué las evaluaciones externas son el aspecto más irrenunciable de la LOMCE? Porque vienen a ser el instrumento primordial e imprescindible para avanzar en el verdadero objetivo de fondo que no es otro que la mercantilización y privatización del sistema educativo público. Como viene a reconocer el ministro Wert son la medida más importante de la reforma y con ellas se persiguen, al menos, los siguientes objetivos: Controlar sistema educativo a “distancia”; facilitar la elección escolar, es decir, la libertad de elección de centro; fomentar la competencia darwiniana entre centros; clasificar, separar y segregar al alumnado en función de las reválidas superadas; y disciplinar, restando poder, al personal docente e incentivar su productividad. Vamos a comentar brevemente cada uno de ellos.

Controlar el sistema educativo a distancia

Las políticas neoliberales en educación, que se tratan de implementar y desarrollar con la LOMCE, están reformulando la relación entre la educación y el estado y asignándole a éste un nuevo rol. El paradigma tradicional del estado docente, que se responsabiliza directamente de la mayoría de las tareas de financiación, gestión y regulación de la educación se está sustituyendo por el del estado evaluador. Como se establece en la ley de reforma el gobierno de turno viene a determinar los estándares de contenidos y rendimientos y a evaluar si los centros logran los objetivos fijados centralizadamente de manera eficaz. Las evaluaciones externas son por tanto en este contexto una herramienta clave de control. Permiten que, a pesar de que los estados se desentiendan de la provisión y gestión directa de los servicios educativos, los controlen a distancia mediante este mecanismo. A los centros se les dota de una autonomía maniatada y a través de las evaluaciones se les obliga a rendir cuentas permanentemente.

Si la ley Wert se implanta y llega a desarrollarse en toda su potencialidad asistiremos a un cambio radical en el modo de enseñar. Como reflejan todas las investigaciones llevadas a cabo en este campo “tal y como evalúas, así enseñas”. Esto significa que quien fija “los estándares y criterios de evaluación” que señalizarán a toda la comunidad educativa cuáles son los niveles de exigencia, quien determina de forma centralizada los indicadores para elaborar los test y pruebas aplicar es quien indirectamente pero de manera férrea y eficaz controlará el currículum a impartir. El gobierno de turno, por medio de las evaluaciones externas, marcará y uniformizará profundamente los contenidos más relevantes que se han de enseñar. La orientación de la práctica educativa en función de la superación de las pruebas externas se impondrá de manera inexorable porque del resultado de la superación o no de esas pruebas dependerá el itinerario del alumnado en el sistema, la financiación de los centros y el status y las condiciones salariales del profesorado. Esto es un hecho ya experimentado y denunciado en países que hace tiempo transitan por ese camino como en EE.UU. donde “la enseñanza común llega a interrumpirse varios meses antes de la fecha de los exámenes para dar lugar a su preparación intensiva”(Diane Ravich. Exvicesecretaria de Educación con George Bush). La educación se va a convertir preferencialmente en una preparación de contenidos y destrezas para superar las pruebas que se establezcan.

Facilitar la elección escolar

Las evaluaciones externas son también un instrumento clave para fomentar la libertad de elección de centro. La libertad de elección es un valor sagrado en los sistemas de mercado. Por ello en la mercantilización de la enseñanza que se propone en la reforma se promueve de forma activa la libertad de elección de centro de una parte de la demanda escolar, la de aquellas familias con posibles. ¿De qué forma? La mejor manera de potenciar la elección educativa consiste en elaborar un ranking de centros educativos, que no es otra cosa que la ordenación de los resultados obtenidos por los centros en las evaluaciones externas y su publicación para general conocimiento como establece esta ley. Viene a ser como la etiqueta de calidad que le corresponde a cada centro según el lugar obtenido en el listado y que supuestamente facilitará a las familias el ejercicio de su derecho de libertad de elección. La libertad de elección que se nos presenta como un mecanismo de competencia y de calidad educativa, en realidad es un mecanismo de segregación. Lo dice la propia OCDE (Informe: Equidad y elección de centro):”La libertad de elección de centro no muestra evidencias positivas para la evolución de los centros pero sí se ha detectado una negativa, la segregación”. E incluye otros riesgos: “más desventajas para quienes están en peor situación” porque los ricos y preparados (familias con más dinero y más estudios) tienen más opción de elegir. Pero además cuando la evaluación de los centros repercute en su financiación y prestigio lo que se favorece, con la libertad de elección, es que los propios centros, los que tienen más demanda seleccionen a su alumnado, como ya está ocurriendo en la actualidad. Así la libertad de elección se convierte en libertad de selección y este, sin duda, es el más potente mecanismo de segregación educativa. 

Por otra parte la libertad de elección llevada a la práctica genera lo que eufemísticamente se denomina en la ley “ demanda social “ que se consagra como criterio obligado a tener en cuentas en la planificación de la oferta escolar, es decir, como el derecho de los centros privados al concierto automático si tienen demanda. Se devela así, la libertad de elección, como un importante factor que contribuye a la privatización y al desvío de dinero público para negocio de los centros privados.

Fomentar la competencia darwiniana entre centros 

En el contexto de escasos recursos y permanente “crisis fiscal” se promueve la competencia entre centros como un factor de mejora de la calidad educativa, de la productividad (medida por el % de alumnado con evaluación positiva y el menor gasto posible) y de su adaptación a los cambios que se producen en su entorno (entiéndase al servicio del mercado). Una manera de fomentar esa competencia es introducir fórmulas de financiamiento competitivo, es decir, un sistema que haga depender la financiación de los centros de los resultados obtenidos en las evaluaciones externas o en función del nº de alumnos que son captados por cada centro. Así se establece en la ley de reforma, que los centros que cuenten con más alumnos y/o mejores resultados (que, como demuestran todos los estudios, coinciden con los que escolarizan al alumnado más favorecido social y culturalmente) gozarán de mayores dosis de financiamiento aumentando aún más las desigualdades. Las evaluaciones externas de las escuelas, de los docentes y de los alumnos son la fórmula ideal de rendimiento de cuentas para determinar cuáles tienen que ser castigados y cuáles recompensados. Al mismo tiempo se constituyen en el instrumento preciso para activar a los individuos y a las escuelas, fomentar su competitividad y contribuir al funcionamiento del mercado educativo. 

Clasificar, seleccionar y segregar al alumnado 

Las pruebas que se plantean en las evaluaciones externas son de carácter censal, es decir, se aplicarán a todo el alumnado y en todo el país. Están concebidas como una carrera de obstáculos para todos los alumnos. Estos exámenes-reválidas serán aplicados por personal ajeno al centro, desconocedor del alumnado, de su realidad concreta y de su forma de aprendizaje. No son pruebas que tengan en cuenta el punto de partida del alumno, ni se pretende conocer con ellas el estado o situación del sistema educativo. No buscan luchar contra el fracaso escolar sino más bien certificar ese fracaso y utilizarlo como excusa para expulsar del sistema educativo, de forma prematura, a buena parte de los que han sido incluidos en él en los últimos treinta años. Y no olvidemos que el fracaso escolar es un problema ligado a la clase social. Estudios recientes señalan que “la proporción entre hijos de trabajadores el sector servicios (profesionales y gerentes) e hijos de trabajadores sin cualificación es, en cuanto al acceso al bachillerato, del 70% y 26% respectivamente” con lo que “la desigualdad entre clases sociales a la hora de acceder a la educación post-obligatoria es patente”. (Estudio publicado en la Revista Educación por Bernardi y Requena. 2010) 

Las evaluaciones externas son llaves que abren y cierran la posibilidad de seguir estudiando y conseguir el título correspondiente. Son pruebas que afectarán al expediente del alumnado y lo clasificarán expulsándolo del sistema o determinando la trayectoria obligada a seguir. En definitiva aumentarán la segregación clasista y reducirá la igualdad de oportunidades para el alumnado de origen humilde. Lo que se persigue en el fondo, aunque se diga lo contrario, es formar mano de obra barata para un mercado de trabajo precario y en continua rotación al menos coste posible. 

"Disciplinar" al personal docente e incentivar su productividad 

Se viene presentando la actuación de los docentes como el principal, casi único, determinante de los resultados obtenidos por el alumnado. Sin embargo desde los sectores conservadores y neoliberales se viene mostrando una profunda desconfianza hacia el mismo y se cuestiona su status como profesorado funcionario del servicio público de educación. Se considera que el profesor tiene status de privilegio tanto desde el punto de vista de sus condiciones de trabajo como del excesivo poder docente en el ámbito del centro y en el curricular. Por ello una de las pretensiones de las políticas neoliberales es romper el control que aún les quede a los profesionales de los servicios públicos sobre el sistema y someterlos al control del cliente-consumidor a través de una estructura de mercado. Se utilizan para ello dos medios. Uno la desregulación del personal docente que está llevando a la incertidumbre de sus funciones, a la pérdida de derechos laborales y a despidos masivos. Otro la evaluación de su rendimiento en función de los resultados obtenidos, contados en aprobados, por sus alumnos y del desempeño de su función docente. Las evaluaciones externas establecidas en la LOMCE son el instrumento idóneo para disciplinar al profesorado, desincentivar su creatividad y autonomía y fomentar la obediencia, la conformidad y la burocratización del acto de enseñar. Contribuyen por tanto a profundizar el proceso de desprofesionalización y proletarización de la labor docente, proceso que lleva implícito la pérdida del escaso poder docente que les resta en el sistema educativo. El profesorado venía contando con poco margen para definir lo que debe enseñar. Su participación en los procesos de legislación educativa venía a ser nula en la práctica. Expertos en metodología y psicólogos dictaminaban su metodología. Su libertad de cátedra venía siendo cuestionada. Su capacidad de decisión en los órganos colegiados de los centros había sido recortada. Ahora, con la LOMCE, las evaluaciones externas, en las que no tiene arte ni parte en cuanto a su elaboración y aplicación, son las que deciden si los alumnos aprendieron o no y si los profesores enseñaron correctamente. Son las que van a determinar su productividad, alumnos que superan las pruebas, de la que puede depender en parte sus retribuciones salariales. 

La LOMCE ningunea y devalúa el papel del profesorado, deja en agua de borrajas todo el proceso de evaluación continua y controla el grueso de su acción educativa orientándola a la preparación del alumnado para la superación de las evaluaciones externas que se proponen. 

Publicado en Movimiento Enseñanza Pública: Parte 1, Parte 2


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