El colectivo de profesionales de la enseñanza Por Otra Política Educativa. Foro de Sevilla insta a las administraciones a actuar frente a los discursos de odio
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Patio de un colegio público / Paco Fuentes |
Rodrigo J. García, Enrique J. Díez Gutiérrez, Francisco Imbernón,
El País, 27 de agosto de 2024
El colectivo de profesionales de la enseñanza “
Por Otra Política Educativa. Foro de Sevilla” insta a las autoridades educativas a asumir, sin titubeos ni ambigüedades, su responsabilidad de impulsar de manera decidida prácticas educativas que combatan la desinformación y los bulos tan corrosivos como los
conocidos recientemente, que incitan a la xenofobia.
La proliferación de bulos xenófobos en redes sociales, propagados entre jóvenes y la población en general, es intolerable y exige que las autoridades educativas adopten medidas urgentes y contundentes. Lamentamos profundamente la pasividad de los gobiernos central y autonómicos ante la necesidad de formar a nuestros jóvenes para identificar, refutar y denunciar la desinformación y el racismo. La inacción es caldo de cultivo para la ignorancia, la división social y los discursos de odio.
La ignorancia, la desinformación y el racismo no solo son producto de la falta de recursos y oportunidades, sino que a lo largo de la historia han sido promovidas activamente por diversos actores, ante la inacción de una gran parte de la sociedad. Grupos mediáticos, lobbies, creadores de contenido, supuestos expertos, redes sociales en manos de magnates con intereses ideológicos y políticos privados y gobiernos conniventes o que se han escudado en su incapacidad, han actuado consciente y deliberadamente, fomentando este clima social que se extiende como un cáncer en nuestras sociedades.
Los algoritmos de los
motores de búsqueda y de las redes sociales, por ejemplo, crean burbujas de opinión que polarizan y facilitan la difusión de desinformación. Los intereses ideológicos de algunos medios de comunicación, utilizados como herramientas de las élites extractivas para marcar la agenda política y noticiosa, consiguen desviar los temas de preocupación hacia circunstancias periféricas, triviales o más o menos inventadas y supuestamente “escandalosas”, logrando omitir del debate público el análisis del estado de lo común, de los temas cruciales que nos afectan a toda la ciudadanía, en torno a los derechos humanos y la justicia social. Algunos grupos políticos han comprado este marco ideológico y estratégico y se han convertido en
mercaderes de la crispación, al descubrir lo lucrativo que resulta, en términos políticos, mantener a la gente en un estado de miedo constante.